TIGRESA, en septiembre su supuesta familia la llevó a un paseo sin retorno, la bajaron del carro en plena Autopista y no miraron atrás... A la larga hasta mejor, estaba anémica y con algunos afanes físicos, sin embargo, como todo perro fuerte, no venció sus ganas de vivir, de confiar y dar amor... su rescatista la repuso y la esterilizó. Su hogar de paso le terminó de reparar el corazón, pero no la podían tener más tiempo, es así como en enero llega a la Fundación... Parece que los únicos que se dan cuenta de su raza son los humanos, ella está convencida que es una cachorrita pequeña y tierna. Se lleva bien con la gente y con todos los perros. En cuestión de minutos entiende que quiero que se siente, que se quede quieta... Ella mira siempre atenta y no pierde ocasión para arrimarse y buscar mimos... Es muy inteligente y aun así no comprende por qué nadie la elige. Tiene mucha energía, y es de tamaño mediano-grande (no es gigante). Es de esos perros que cuesta dejarlos ir... Sus rallas la hacen única y especial, y esos ojitos que en esa carita se ven chiquititos... Es de esos que fácilmente se ganan el corazón de cualquiera que comparta con ella.