Lo que tiene de hermoso, lo tiene de inteligente, es por eso que se dificultó tanto atraparlo. Vagó varios días por las calles cerca del refugio, pero por miedo, siempre se salía con la suya... pero no nos rendimos. De todo eso ya hace dos años, ya aprendió que hay humanos en los que se puede confiar y ahora ama a la gente, se la lleva bien con todos, no discrimina entre perros y humanos. Con sus patitas cortas te sigue para asegurarse que viste esa enorme sonrisa. Sammy es pequeño, no necesita tanto espacio como otros, eso sí, no perdona salir al parque a correr un poco.